En este pueblo está complicado el aparcamiento, a cada año nos cuesta más, solo hacemos que dar vueltas y alejarse de la zona de la salida, y cuando más lejos, más fácil encontrar sitio. La organización es la típica, reparto de dorsales, salida a la hora normal.
La carrera empieza un calle hacia abajo que al final la tienes que hacer hacia arriba, así que es el buen momento para darse cuenta que es larga, lo digo por mi experiencia del primer año de querer hacer el último kilómetro al máximo. Redondeando, podemos decir que son dos vueltas a un circuito de 4 km, pero que no es igual la primera vuelta a la segunda. Los primeros 2,5 km son igual en las dos: empiezas una calle larga hacia abajo, recorrido ahora llano, ahora hacia abajo, ahora hacia arriba... lo peor es la fuerte pendiente de bajada que hay en los metros que haces antes de bordear el río, y aún peor la dura subida de unos 200 metros que haces cuando acabas la parte del río. El kilómetro y medio que resta en cada vuelta, la primera vuelta lo haces por dentro del pueblo, y el segundo por fuera, entre campos, donde habrán unos 200 metros por caminos del tierra con piedras. Pero recordad, la recta de meta es larga, que no dura, pero si no controlas se hace pesada.
De regalos finales, una camiseta técnica bonita, si acaso no había tallas pequeñas cuando llegué para las chicas. Una revista de esas típicas caducadas, un poco de comer y bebida, y servicio de duchas en el polideportivo para cuando acababas, una cosa muy importante, pero que no anuncian nunca.
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