La verdad es que es un pueblo con bastante aparcamiento, y todos los años la sala Santy abría su parking (aunque este año hemos aparcado en la entrada del pueblo, para salir antes y ahorrarse un poco de cola). La zona de la salida es el parque, que está bien porque hay bastante sitios donde estar y no agobiarse del gentío que hay en otras ocasiones.
Vamos al trabajo y hablemos de la carrera. Todo y no ser de mis preferidas en lo referente a que sobre todo la corres rodeado de gente, debo reconocer que es una de las mejores de La Ribera. Primero se hacen casi 2 km por dentro del pueblo, con mucha gente (pero no demasiados ánimos) y por algunas calles un poco demasiado estrechos, y que los corredores van arrastrándote a su ritmo.
Una vez sales del pueblo empiezas a correr por la zona bordeando el río Júcar, muy bonito y relajante, y sobre todo, en algunos momentos por asfalto, pero la mayor parte por caminos de tierra, sin piedras grandes, excepto algún momento, y las rodillas lo agradecen. Lo que después de dos semanas con faringitis, demasiado rato se corre con el sol dando fuerte, y el agua la dieron más bien al km 4,5, ya casi cara al cinco, y mejor habría estado un poco antes.
Y al final, el último kilómetro y medio (más bien kilómetro y poco más) vuelves al pueblo para deshacer lo que habías hecho al comienzo. Pero cuando terminas la carrera es cuando te llevas la desilusión... una camiseta de algodón, no técnica, botella de agua, aquarius y sandía... comparada con todas las otras que pagas 3-4 euros, queda pobre.
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